Elegante "Imperial Clubbing"
El “besamanos vienés” una galantería de la "antigua escuela de etiqueta aristocrática para caballeros" ... ¡una auténtica herencia del ceremonial de etiqueta de la corte de entonces
El besamanos vienés
fue y sigue siendo la mejor obertura para entablar conversación con una dama, una galantería de la "antigua escuela de etiqueta aristocrática para caballeros" - para no llegar a cometer un desliz, puede aprenderse por medio de ejercicios prácticos al igual que se aprende a bailar el “vals vienés” o se aprende a brindar con una copa y se aprende a „gustar“ con la nariz en la degustación de deliciosos vinos.
Este besamanos vienés, de renombre en el mundo entero, lo conocen y prueban siempre los caballeros de hoy, durante la visita al Museo de Sombreros Emperador Francisco José, reconociéndolo como la costumbre mas galante de Viena.
... una auténtica herencia del ceremonial de etiqueta de la corte de entonces
El besamanos, el saludo honroso de un señor a una dama, fue tomado a finales del siglo XVI por la corte de Viena del ceremonial de etiqueta de la corte española y llegó a ser la costumbre mas civilizada y galante de Viena.
El besamanos fue según la tradición, por una parte una expresión de honra y respeto profundos y por otra una expresión de "aceptación en el círculo de confidentes íntimos" pero también de reconocimiento.
Esta tradición la mantuvo también Maria Teresa con sus vasallos. En la crónica del monasterio de los Escolapios está documentado, que los discípulos del antiguo "Löwenburgschen Konviktes", el cual residía con el nombre "Academia Ecuestre Teresiana" encima del restaurante en las edificaciones del convento, eran recogidos y llegaban en carrozas a la audiencia al palacio de “Hofburg” y tenían permiso de entrar y saludar con un besamanos a la Emperatriz.
No sólo durante el galante "Círculo diplomático" - el "Clubbing" de antaño – sino también durante "Veladas informales" (con acompañamiento de damas) de los oficiales y de la alta sociedad burguesa, en las plácidas tabernas situadas en el sótano del monasterio, las damas asistentes trataban de aventajar a las otras, poniéndose sombreros mas extravagantes y lujosos, mientras que los hombres se esforzaban en el saludo de bienvenida y en el de despedida por seguir la atractiva etiqueta vienesa del „besamanos“ y así ganarse la amistad de las damas.
Por otro lado, en el lenguaje popular se sienten rumores contra el besamanos, que a la vez se experimentan como un coqueteo con el, pues según la voz popular, esta forma de dar un beso a la mano se hizo en un principio a causa, por un lado, de la moda de sombreros para damas que las hacía mas distanciadas y por otro, de la moda de vestidos anchos para damas que impedían el poder estar muy cerca el uno del otro.
